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aktis / ἀκτίς / ακτίνα / raio / raios / rayo / rayos
gr. ἀκτίς, aktis = raio
René Guénon
La construcción de los símbolos de que se trata reposa sobre la figura de la rueda de seis rayos; como lo hemos dicho ya, la rueda en general es ante todo un símbolo del mundo, representando la circunferencia la manifestación producida por los rayos emanados del centro; pero, como es natural, el número de rayos trazados, diferente según los casos, agrega otras significaciones más particulares. Por otra parte, en ciertos símbolos derivados, la circunferencia misma puede no estar figurada; pero, para su construcción geométrica, no pueden dejar por ello de considerarse como inscriptos en una circunferencia, y por eso debe asociárselos al de la rueda, aun si la forma exterior de ésta, es decir, la circunferencia que determina su contorno y su límite no aparezca de manera explícita y visible, lo cual indica solo que la atención no debe centrarse en tal caso en la manifestación misma y en el dominio especial en que ella se desarrolla, dominio que en tal caso permanece en cierto modo en un estado de indeterminación anterior al trazado efectivo de la circunferencia.
La figura más simple, y base de todas las otras, es la constituida únicamente por el conjunto de los seis rayos; éstos, opuestos dos a dos a partir del centro, forman tres diámetros, uno vertical y los otros dos oblicuos y de igual inclinación a uno y otro lado del primero. Si se considera al sol como ocupando el centro, se trata de los seis rayos de que hemos hablado en un estudio anterior [1]; y en tal caso el "séptimo rayo" no está representado sino por el centro mismo. En cuanto a la relación que hemos indicado con la cruz cruz de tres dimensiones, se establece de modo inmediato: el eje vertical permanece sin cambio, y los dos diámetros oblicuos son la proyección, en el plano de la figura, de los dos ejes que forman la cruz horizontal; esta última consideración, muy necesaria para la inteligencia completa del símbolo, está, por otra parte, fuera de aquellas que hacen de él una representación de la analogía, para las cuales basta tomarlo en la forma que representa en sí mismo, sin necesidad de vincularlo con otros símbolos con los cuales está emparentado por aspectos diferentes de su compleja significación.
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Por último, la figura de los seis radios, a veces algo modificada pero siempre perfectamente reconocible, forma igualmente el esquema de otro símbolo muy importante, el del árbol de tres ramas y tres raíces, donde encontramos también, manifiestamente, los dos ternarios inversos de que acabamos de hablar. Este esquema, por otra parte, puede encararse en los dos sentidos opuestos, de modo que las ramas pueden tomar el lugar de las raíces, y recíprocamente; volveremos sobre esta consideración cuando estudiemos de modo más completo algunos aspectos del simbolismo del "Árbol del Mundo". [OS SÍMBOLOS DA ANALOGIA]
[1] Cap. XLI: "La porte étroite".