Página inicial > Palavras-chave > Termos gregos e latinos > kosha / koshas / corpos sutis / corpo sutil / corpo místico / corpo de (...)

kosha / koshas / corpos sutis / corpo sutil / corpo místico / corpo de fogo / corpo espiritual / corpo divino / corpo astral / corpo mental / corpo causal

  

Ananda Coomaraswamy

Como explica Sankara   en relación con Prash. Up  , IV.5 es el mano-maya atman el que goza de omnisciencia y puede estar donde y como quiere. Cf. RV  . III.53.8 [...]; Bhagavad Gita VII.25 [...]; Visnu Purana VI.7.43 [...]. Este «sí mismo o cuerpo intelectual» ([...], D I.34, cf. I.77, Majjhima Nikaya II.17) el Buddha ha enseñado a sus discípulos como extraerlo del cuerpo físico; y es claramente en este «otro cuerpo, divino e intelectual», y no en su capacidad humana, no en todas las ocasiones o bajo todas las condiciones, «ya sea en moción o en reposo, o durmiendo o despierto» ([...]), sino sólo «cuando él quiere» (yavade akankhami, como en los contextos de los iddhis) como el Buddha mismo puede recordar (anussarami) sus propios nacimientos anteriores, sin límite; como puede ver, «con el ojo divino, que trasciende la visión humana», los nacimientos y las muertes de otros seres, aquí y en otros mundos, arriba y más allá de los cuales, el Buddha ha verificado, aquí y ahora, la doble liberación (Majjhima Nikaya I.482). La expresión «durmiendo o despierto» lleva por sí sola a una larga exégesis. Nótese que el orden de las palabras pone en relación el movimiento con el sueño y la inmovilidad con la vigilia. Esto significa que, como en tantos otros contextos upanisádicos, el «sueño» que se entiende aquí, ese sueño en el que uno «entra en su propio sí mismo» (svapiti = svam apitah bhavati, Chandogya   Upanishad   VI.8.1, SB  . X.5.2.14), no es el sueño del agotamiento, sino el «sueño de la contemplación» (dhyana); es precisamente en este estado de «sueño», en el que los sentidos se retiran donde hay moción a voluntad ([...], Brhadaranyaka Upanishad   II.1.17), es en este sueño contemplativo donde, «abatiendo lo que es físico, el Pájaro Sol, el Inmortal, va donde él quiere» ([...], Brhadaranyaka Upanishad IV.3.7, 11, 12). [AKCHB  :Nota]

Michel Henry

Mas é do corpo místico de Cristo que se trata. Essa unidade de todos os homens em Cristo constitui precisamente a primeira pressuposição de Agostinho — “eles mesmos sou eu” que é também a primeira condição da salvação, uma vez que somente se todos os homens estão em Cristo, um com ele, se são o próprio Cristo, este, santificando-se a si mesmo, os santifica a todos em si, salvando-os a todos ao mesmo tempo.

O corpo místico de Cristo em que todos os homens não constituem senão um, nele, é uma forma-limite da experiência do outro; como tal, ele remete a esta. Do ponto de vista fenomenológico, o corpo místico só é possível se a natureza da relação que os homens são capazes de estabelecer entre si puder atingir esse ponto-limite, em que eles já não constituem senão um; todavia, segundo as pressuposições do cristianismo, que são igualmente as de uma fenomenologia da Vida, isso só pode se dar se a individualidade de cada um for preservada, e até exaltada, e não abolida em tal experiência, se esta deve ainda ser a experiência do outro. [HenryE]

Antonio Orbe

Otra cosa ocurre con el cuerpo, cuya índole se define por la gravedad, crasitud, torpeza; reacio a la agilidad del alma, a la que frena en su velocidad.

La única traba para la humana deificación instantánea, desde el principio, reside no en el alma — que también es ‘facta’ — , sino en el cuerpo. Mientras la psyche, por su índole inmaterial, no ofrece dificultad física   a la elevación momentánea, el cuerpo reclama todo el tiempo de la historia para subir de ‘factum’ a ‘infectum’.

Ahí descansa, nueva paradoja, la dignidad del hombre ‘plasmatus’. Además de ‘factus’, igual que los demás seres, hubo de ser modelado por las manos de Dios, en razón de su destino a ‘infectus’.

Una sentencia lapidaria de San Ireneo viene a resumirlo: «Opera autem Dei, plasmatio est hominis» (V 15,2). Las obras o milagros de Dios, por excelencia, se emplean en la plasis del hombre y a ella se ordenan. Ni la creación del mundo angélico, ni la de las especies visibles justifican la actividad última de Dios. Su obra está en modelar al anthropos, desde que le saca del polvo hasta que le configura con su propio Espíritu; desde la ‘factura’ más humilde hasta instalarle al nivel del ‘infectus’, encubriendo con sus maravillas la alteridad abismal que separa el barro [adama] de la incorrupción y asignándole el vocablo y la realidad de Dios. Tales maravillas ocuparán y explicarán la historia del hombre. [OrbeASI  ]

René Guénon

CORPO SUTIL

En este estado, las facultades externas, aunque subsisten potencialmente, se reabsorben en el sentido interno ( manas ), que es su fuente común, su soporte y su fin inmediato, y que reside en las arterias luminosas ( nadis ) de la forma sutil, donde está extendido de una manera indivisa, a la manera de un calor difuso. Por lo demás, el elemento ígneo mismo, considerado en sus propiedades esenciales, es a la vez luz y calor; y, como lo indica el nombre mismo de Taijasa aplicado al estado sutil, estos dos aspectos, convenientemente transpuestos ( puesto que entonces ya no se trata de cualidades sensibles ), deben encontrarse igualmente en este estado. Todo lo que se refiere a éste, como ya hemos tenido la ocasión de hacerlo destacar en otras circunstancias, toca muy de cerca a la naturaleza misma de la vida, que es inseparable del calor; y recordaremos que, sobre este punto como sobre muchos otros, las concepciones de Aristóteles concuerdan plenamente con las de los orientales. En cuanto a la luminosidad que acabamos de mencionar, es menester entenderla como la reflexión y la difracción de la Luz inteligible en las modalidades extrasensibles de la manifestación formal ( modalidades de las que no vamos a considerar en todo esto más que lo que concierne al estado humano ). Por otra parte, la forma sutil misma ( sukshma-sharira o linga-sharira ), en la que reside Taijasa, se asimila también a un vehículo ígneo [A propósito de esto, hemos recordado en otra parte el "carro de fuego" sobre el que el profeta Elías subió a los cielos ( II Libro de los Reyes, II, 11 ).], aunque debe distinguirse del fuego corporal ( el elemento Tejas o lo que procede de él ) que es percibido por los sentidos de la forma grosera ( sthula-sharera ), vehículo de Vaishwanara, y más especialmente por la vista, puesto que la visibilidad, que supone necesariamente la presencia de la luz, es, entre las cualidades sensibles, la que pertenece en propiedad a Tejas; pero, en el estado sutil, ya no puede tratarse en modo alguno de los bhutas, sino solo de los tanmatras correspondientes, que son sus principios determinados inmediatos.


CORPO DE FOGO

Esta forma sutil ( donde reside después de la muerte el ser que permanece así en el estado individual humano ) es ( por comparación con la forma corporal o grosera ) imperceptible a los sentidos en cuanto a sus dimensiones ( es decir, porque está fuera de la condición espacial ) e igualmente en cuanto a su consistencia ( o a su substancia propia, que no está constituida por una combinación de los elementos corporales ); por consiguiente, ella no afecta a la percepción ( o a las facultades externas ) de aquellos que están presentes cuando se separa del cuerpo ( después de que el "alma viva" se ha retirado de él ). Tampoco es alcanzada por la combustión u otros tratamientos que sufra el cuerpo después de la muerte ( que es el resultado de esta separación, por el hecho de la cual ninguna acción de orden sensible puede ya tener repercusión sobre esta forma sutil, ni sobre la consciencia individual que, al permanecer ligada a ésta, ya no tiene ninguna relación con el cuerpo ). Es sensible solo por su calor animador ( su cualidad propia en tanto que se asimila al Agni - principio ígneo ) [Como lo hemos indicado más atrás, este calor animador, representado como un fuego interno, se identifica a veces a Vaishwanara, considerado en este caso, ya no como la primera de las condiciones de atman de las que hemos hablado, sino como el "Regente del Fuego", así como lo veremos todavía más adelante; Vaishwanara es entonces uno de los nombres de Agni, de quien designa una función y un aspecto particulares.] mientras habita con la forma grosera, que deviene fría ( y por consiguiente inerte en tanto que conjunto orgánico ) en la muerte, desde que la ha abandonado ( mientras que las demás cualidades sensibles de esta forma corporal subsisten todavía sin cambio aparente ), y que era calentada ( y vivificada ) por ella mientras hacía de ella su morada ( puesto que es en la forma sutil donde reside propiamente el principio de la vida individual, de suerte que es solo por comunicación de sus propiedades por lo que el cuerpo puede decirse también vivo, en razón del lazo que existe entre estas dos formas en tanto que son la expresión de estados del mismo ser, es decir, precisamente hasta el instante mismo de la muerte ).

Ouspensky

"Segundo antigo ensinamento, cujos traços subsistem em numerosos sistemas de ontem e de hoje, quando o homem atinge o mais completo desenvolvimento que lhe seja possível em geral, ele se compõe de quatro corpos. Esses quatro corpos são constituídos por substâncias que se tornam cada vez mais finas, se interpenetram e formam quatro organismos que têm entre si relação bem definida, embora sejam independentes e capazes de ação independente.

"O que permite a existência de quatro corpos é ter o organismo humano, isto é, o corpo físico, uma organização tão complexa que nele pode se desenvolver, sob certas condições, um organismo novo e independente, que oferece à atividade da consciência um instrumento muito mais adequado e mais sensível que o corpo físico. A consciência manifestada nesse novo corpo está apta a governá-lo e tem pleno poder e pleno controle sobre o corpo físico. Nesse segundo corpo, sob certas condições, pode-se formar um terceiro corpo, ele também com características próprias. A consciência manifestada nesse terceiro corpo tem pleno poder e pleno controle sobre os dois primeiros; e o terceiro corpo pode adquirir conhecimentos inacessíveis, tanto ao segundo quanto ao primeiro. No terceiro corpo, sob certas condições, pode crescer um quarto corpo, que difere tanto do terceiro quanto este do segundo e o segundo do primeiro. A consciência manifestada no quarto corpo tem pleno controle sobre esse próprio corpo e sobre os três primeiros.

"Esses quatro corpos são definidos de diferentes maneiras pelos diversos ensinamentos."

Gurdjieff   traçou o quadro reproduzido na figura acima e disse:

"Segundo a terminologia cristã, o primeiro é o corpo físico, o corpo "carnal", o segundo, o corpo "natural", o terceiro, o corpo "espiritual" e o quarto, segundo a terminologia do Cristianismo esotérico, o corpo "divino".

"Segundo a terminologia teosófica, o primeiro é o corpo físico, o segundo, o "corpo astral", o terceiro, o "corpo mental" e o quarto, o "corpo causal".

"Na linguagem cheia de imagens de certos ensinamentos orientais, o primeiro é a carruagem (corpo), o segundo, o cavalo (sentimentos, desejos), o terceiro, o cocheiro (pensamentos) e o quarto, o Amo (Eu, consciência, vontade).

"Encontram-se paralelos ou comparações desse gênero na maioria dos sistemas que reconhecem no homem algo mais que o corpo físico. Mas quase todos esses sistemas quanto repetem de forma mais ou menos familiar as definições e divisões do ensinamento antigo, esqueceram ou omitiram seu traço mais importante, a saber, que o homem não nasce com os corpos sutis e que estes requerem um cultivo artificial, possível somente em certas condições, exteriores e interiores, favoráveis. [OuspenskyISM]