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diadosis / διάδοσις / tradition / tradição / tradición / παράδοσις / paradosis / dosis / δόσῐς / μετάδοσις / metadosis / transmissão / darshana / darśana / darshana / darshanas / doutrinas tradicionais

  

Notions philosophiques

O termo "tradição", cuja etimologia latina remete ao verbo tradere (remeter, transmitir), denota de maneira geral um conjunto mais ou menos organizado de informações concernindo uma doutrina sobretudo religiosa ou ética, uma atitude fundamental de vida ou uma prática relativa à fé religiosa e aos costumes, conjunto este que foi transmitido através de gerações primeiramente por meio da palavra, do costume e do exemplo, e é compreendido pelos portadores atuais da tradição como constituindo uma herança do passado histórico ou mítico. (excertos de "Les Notions philosophiques  ", PUF, 1990)

Pierre Gordon

Em outros termos, nas profundezas de nosso tempo e de nosso espaço, se esconde um mundo subterrâneo, um mundo de luz, presentemente invisível e inapreensível, mas destinado a reaparecer um dia: tal é a substância da tradição primordial, tal qual ela se constituiu na mente do primeiro homem desde o instante da queda, quer dizer desde o primeiro segundo da duração humana, desde o primeiro aprisionamento nos cadafalsos da extensão; tal é o fundo de todas as tradições humanas. Sob os nomes de Terra Pura, de Montanha de Jade, Monte Meru, de Albordj, de Ilha Santa, de Coração do Mundo, de Polo, de quintessência, de ouro puro, de Agarttha, de Pedra Filosofal, etc...etc..., se encontra por toda parte o que a cristandade denomina segundo as parábolas evangélicas, o Tesouro Perdido, a joia extraviada, o Reino encoberto, que os homens devem fazer surgir das trevas. Esta noção, verdadeiramente primitiva, dá a chave do homem, da história, da religião, da magia, da arte, da ciência, de toda a grandeza e de toda a miséria humanas. [A REVELAÇÃO PRIMITIVA]

García Bazán

Tradición del vocablo latino traditio es "lo que se trasmite". Luego este concepto envuelve una significación doble: 1) el objeto que se transfiere; 2) el acto de cesión. 1) Lo que se lega posee por su misma naturaleza un carácter trascendente, o sea, no se confunde, sino que está más allá y por encima del cosmos, de la historia y del hombre. Por ese motivo el núcleo íntimo del legado es eterno e inmutable, anhistórico y de "origen   no, humano" (apaurusheya, para usar el término sánscrito que tanto place a nuestro escritor). Lo descripto hasta este momento corresponde por esencia a la denominada tradición primordial o, dicho en otros términos, el universo de principios trascendentes que sostiene y constituye al universo de la mudanza. De más está decir que la traditio primordialis en absoluto puede enmarañarse con el curso del devenir cósmico e histórico, de lo contrario difícilmente podríamos referirnos a su trascendencia. Sin embargo, como primordial, es fundamento constitutivo del cosmos y de su inteligencia exacta y correcta ¿Cómo es esto posible? 2) Porque la ‘tradición’ es también y simultáneamente acto de entrega. De cesión primitiva (o primera en el tiempo) y de sucesivos y normales legados. La tradición primordial se refleja en el cosmos, en un universo que es un organismo dotado de vida y de un desarrollo intrínseco armonioso, involutivo y evolutivo, como lo atestiguan las exégesis regulares de los ciclos cósmicos. En este nexo necesario entre tradición primordial e histórica o cósmica, radica lógicamente, el fundamento y dinamismo simbólicos de las formas, el orden, los colores y las proporciones macro y microcósmicas y también el de los hechos políticos, sociales, económicos y culturales en general, es decir del mensaje anafórico que se desprende obligadamente de los fenómenos físicos, psíquicos y culturales cuando son fieles a su origen. Pero la primordialidad de la tradición universal incluye como uno de sus componentes la primordialidad de la Palabra, de la sabiduría que desciende espontáneamente entre los hombres, como espontáneamente surge el cosmos de las formas. El cosmos, por lo tanto, se desarrolla entregado a su albedrío, pero indisolublemente atado a los principios y a la conciencia individual de esos principios, vale decir, que el reflejo sabio de ellos se conserva implícito en su proceso a través del hombre. La tradición, entonces, como acto de entrega, encierra un carácter histórico y humano y consiste en la trasmisión fiel del reflejo de la tradición primordial o divina a partir del momento en que aparece en su vehículo espacio-temporal como tradición primitiva. Los símbolos estáticos, los gestos rituales y las doctrinas, merced a la tradición primera y a su trasmisión regular, van continuamente acompañados de una conciencia alerta de sí mismos, la que los torna instrumentos eficaces para la liberación, o sea, para trasportarse o remontar de la tradición refleja que circula entre los fenómenos cambiantes, hasta la primordial que es eterna e inmutable. En consecuencia, en este plano de la tradición histórica o trasmisión humana de la tradición primordial, subsisten dos ingredientes que adquieren ante nuestros ojos un relieve peculiar. Uno es de carácter comunitario, el otro de sesgo intelectual.

Si la tradición primitiva emergió inmediatamente desde la primordial, aunque nacida en un plano inferior, esto quiere decir que los portadores legítimos de la Palabra o sabiduría, los videntes primitivos, eran por el imperio propio de las condiciones del orden cósmico universal, soportes calificados para sobrellevar semejante experiencia y que constituían, por lo tanto, comunidades natural o espontáneamente tradicionales. Además, no hay otra alternativa que mantener aquellos requisitos y exigencias primitivos, para poder ser con fidelidad sujetos trasmisores de la tradición. En este punto se encuentran tradición e iniciación, manifestándose o apareciendo la segunda, como un resultado histórico del oscurecimiento de la primera. Por otra parte, es la trasmisión normal y uniforme conservada en el seno de las organizaciones iniciáticas la que acredita en la historia del mundo la correcta interpretación de símbolos y ritos necesarios para la autorrealización del hombre, luego la hermenéutica tradicional o adecuación de la doctrina es el otro elemento que brilla aquí por propia imposición. [Excertos de "RENÉ GUÉNON OU A TRADIÇÃO VIVENTE"]

C. del Tilo

Toda tradición autentica tiene dos aspectos y la hebrea no constituye una excepción:

1. El primer aspecto es la tradición escrita, constituida por el libro sagrado, el texto mismo con sus letras; según dicen los hebreos, la Tora (o los cinco libros de Moisés) se componía originariamente de una sucesión de consonantes sin vocalización, ni division por capítulos. Es la Palabra muda, sin pronunciar, encerrada en la letra, como una piedra seca, es el "Libro cerrado".

2. El otró aspecto es la tradición oral: el "Libro abierto". Las vocales que se unen con las consonantes, permitiendo la pronunciación, son como el espíritu que viene a vivificar el texto.

Este aspecto de la tradición se compone de los comentários orales de los Maestros que, suce-sivamente en la historia, han ido experimentando la Verdad del Libro (una vez consignados por escrito, estos comentários vuelven a ser, en cierto modo, la tradición escrita).

Los hebreos llaman a estos Maestros de la Palabra: los "Maestros de la boca" (v. Mestres da Verdade). Es la tradición viva encarnada. Sólo ellos, los cabalistas, pueden comentar válidamente la Escritura, pues han encontrado de nuevo su verdadero "Sentido" y lo pueden transmitir. Es la palabra regenerada y regeneradora.

Cuando se interrumpe esta transmisión, la tradición en su forma oral desaparece, volviendo a ocultarse en la letra, en las imágenes y los ritos; ya no hay entonces nadie para explicaria a los hombres. Estos dos aspectos de la tradición no deben ser nunca separados.

Asi pues, todos los verdaderos Maestros de la Tradición Oral son Cabalistas.

Abraham Ibn Ezra, en su introducción a la Tora escribe que el origen de la Tora escrita, es decir, del texto escrito por Moisés, es la Tradición oral. Esta pues, la Cábala oral, es anterior a Moisés y procede de los Patriarcas.

El libro del Génesis nos cuenta que "Abraham fue el primero que la recibió directamente de Dios" (pero según la Tradición, se remonta hasta la época de Adán y su hijo Set).

Así se hizo la Alianza entre Dios y Abraham: oralmente, no a través de un escrito.

Los Maestros explican que El Santo Bendito Sea (la apelación habitual que los rabinos dan a Dios), sabia que el pueblo judio tendría que marchar al exilio entre las naciones, y que querrían traducir su libro sagrado. Por ello no fundó su alianza sobre un escrito, sino sobre una Palabra. Y en efecto, las naciones han traducido los libros judios, pero sin poseer esta Tora oral y en consecuencia, sin poseer el sentido real. De este modo, los que poseen esta Palabra la transmiten oralmente y son considerados descendientes de Abraham. [Excertos de LA PUERTA]

Hulin

As diversas concepções metafísicas e cosmológicas da Índia não são doutrinas diferentes, mas desenvolvimentos, segundo pontos de vista e direções variadas, não incompatíveis, de uma doutrina única. A palavra darshana, que designa estas concepções, significa "mirada" ou "ponto de vista".

Segundo Michel Hulin  , a noção de darshana não se aplica a "sistemas filosóficos" que seriam a obra de pensadores individuais mas a doutrinas tradicionais, a escolas de pensamento se desenvolvendo no curso do tempo a partir de um pequeno número de textos fundamentais, por vezes supostos revelados, e à explicação dos quais trabalham gerações de comentadores. Neste sentido o termo designa também as múltiplas escolas filosóficas do budismo ou do Jainismo assim como aquela do bramanismo.

Em seu sentido mais restrito, todavia, chama-se darshana um conjunto de seis sistemas filosóficos, agrupados dois a dois, que exprimem o pensamento ortodoxo do bramanismo, aquele que se funda sobre a revelação védica e sobre a Tradição (shruti e smrti).


Point de vue (sur le réel), système; ne s’applique pas à des « systèmes philosophiques », mais à des doctrines traditionnelles, à des écoles de pensée se développant au cours du temps à partir d’un petit nombre de textes fondamentaux, parfois supposés révélés, et à l’explication desquels travaillent des génération de commentateurs. (Michel Hulin - NP)

Bugault

Les darśana hindous sont, en principe, orthodoxes, c’est-à-dire conformes à la tradition védique. Mais ils le sont inégalement. Ils forment trois couples. Premier couple : les deux exégèses du Veda  , l’ancienne ou Pūrva-mīmāmsā, l’ultérieure Uttara-mimāmsā plus connue sous le nom de Vedānta. Celui-ci est d’abord scripturaire : ce sont les Upanisad védiques. Puis viennent les Brahma-sūtra de Bādarāyańa et, très longtemps après, les Commentaires de Śańkara et de ses successeurs. Les docteurs de l’Ancienne Exégèse, représentatifs de l’hindouisme séculier, sont des juristes et casuistes du rituel sacrificiel orienté vers l’obtention du ciel (svarga). Ce qui les intéresse dans l’Ecriture, c’est ce qu’on appellera plus tard la section des œuvres (karma-kānda). Ils procèdent à une explication des injonctions rituelles en s’appuyant sur une dialectique grammaticale [27] redoutable. Nous pensons avec Alfred Foucher que l’Ancienne Exégèse est des six darśana le seul qui soit strictement vaidika, soumis à l’autorité d’un texte dont elle cherche seulement à élucider les obscurités ou contradictions apparentes.

L’Exégèse ultérieure reste védique d’inspiration, mais ce qui l’intéresse c’est la section de la connaissance (jn  āna-kānda), orientée non plus vers l’obtention du ciel mais vers la délivrance (mokșa) de toute obtention et de tout état conditionné. Il s’agit de se connaître soi-même (ātman) et par là de s’affranchir de tout ce qui n’est pas « soi » : corps propre, statut social, religieux et familial. Au reste, les tenants de cette exégèse libératrice sont plutôt des marginaux de l’hindouisme, ce sont les « renonçants », les samnyasin. Itinérants à l’origine, sédentarisés dans des monastères (math) à partir de Sankara  , ils sont seulement en quête de leur propre Soi. Aussi bien, leur attitude vis-à-vis de la Révélation est-elle bien différente de l’Ancienne Exégèse. Śańkara (vers 800) ne craint pas d’écrire dans son Commentaire à la Bhagavad-Gītā, XVIII, 66 : « Y eût-il cent textes révélés déclarant que le feu est froid ou non lumineux, ils n’auraient pas d’autorité » (na hi śrutiśatam api śīto ’gnir aprakāśo vā iti bruvat pràmànyam upeti).

Quant aux deux autres couples de darsana, le Sāmkhya-Yoga et le Nyāya-Vaiśesika, ils ont eux aussi la réputation d’être orthodoxes. Mais là encore il faut distinguer entre le Sāmkhya épique et théiste et le Sāmkhya classique, celui des Sāmkya-karika, rationnel et athée, et qui récuse expressément la parole védique comme « entachée d’impureté, d’instabilité et de démesure » (strophe 2). Quant au yoga, tel qu’on le trouve énoncé dans les Yoga-sūtra, il est facultativement théiste en ce sens que le yogin peut trouver un soutien dans le fait de se consacrer à Iśvara en répétant la syllabe impérissable OM. Encore s’agit-il moins d’un Dieu créateur que du suprême Purusa, modèle du détachement, de l’impassibilité et des perfections que doit atteindre le yogin ( Yoga-sūtra, I, 23-26 et II, 1).

Que dire, enfin, de la littérature du Nyāya et du Navanyāya ? Certes, en nous donnant les moyens d’analyser nos opinions et de nous délivrer de l’erreur, les traités de logique gardent comme [28] horizon l’idéal de la vérité libératrice et peuvent donc légitimement revendiquer l’honneur de concourir à la délivrance.