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objeto formal

quinta-feira 25 de janeiro de 2024

  

Los objetos formales, en contraposición con los objetos materiales, son los que especifican a las ciencias.

Por lo dicho es claro que el objeto material de la Crítica es el acto de conocimiento.

Más concretamente. El objeto material de la Crítica es el juicio, porque, orientada esencialmente hacia la verdad y la certeza, éstas no se dan de manera completa y perfecta sino en el juicio; la idea y el raciocinio sólo se tocan en la Crítica indirectamente.

Si nos fijamos bien, del acto de conocer también tratan la Dialéctica y la Psicología; pero lo tratan desde muy diverso punto de vista. Este punto de vista especial es lo que constituye el objeto formal especificativo.

Más aún, en el objeto material puede darse, por lo que acabamos de decir, una notable diferencia entre la Crítica, la Dialéctica y la Psicología.

La Crítica, en efecto, trata directamente del acto cognoscitivo en cuanto juicio, mientras la Dialéctica lo trata en cuanto raciocinio, y la Psicología en cuanto idea. Los actos no directos sólo se tratan indirectamente y como medios.

No quedaría, pues, completamente especificada la Filosofía crítica por el objeto material, aun admitiendo las diferencias indicadas. Es necesario señalar su objeto formal.

Mientras la Dialéctica estudia el acto cognoscitivo desde el punto de vista de la formalidad lógica según su conformidad con las leyes del pensar en el discurso mental, prescindiendo directamente de la verdad y la certeza del conocimiento; y mientras la Psicología estudia, por su parte, la vitalidad inmanente y la génesis del acto cognoscitivo, considerado además como realidad accidentalmente perfectiva del sujeto cognoscente, pero prescindiendo asimismo de la verdad y la certeza del acto cognoscitivo; la Crítica, ni atiende a la formalidad lógica, ni a la actividad vital e inmanente del acto, ni a su origen  , sino que atiende directa y exclusivamente a su verdad y certeza, es decir, a su objetividad.

Es, pues, la objetividad del conocer y los criterios de cognoscibilidad de esa objetividad, lo específico de la investigación crítica, lo que determina el objeto formal de la filosofía del conocer humano.

Acentuemos ese conocer como humano. No hablamos, ni habla la Crítica, del conocer en general, de todo conocer; habla exclusivamente del conocer humano, del conocer del hombre. Y así queda fuera de la investigación crítico-gnoseológica el conocimiento divino; queda asimismo fuera de la investigación el conocimiento animal. Ni por el entendimiento coincidimos con el conocimiento de Dios, ni por la sensación coincidimos gnoseológicamente con el conocimiento de los brutos. Se entiende, pues, el conocimiento humano aislado, en sí, sin poder acogernos a analogías explicativas, que nada probarían y nos arrastrarían a reductos sin salida.

Por su objeto formal, pues, es la Crítica una especulación metafísica; va al ente en su realidad ontológica a través del conocimiento y estudia el conocimiento mismo como ente intencional y trascendente.

No podemos dudar de la naturaleza metafísica de la filosofía del conocimiento. Históricamente nos bastaría fijarnos en la Analítica de Aristóteles, y veríamos entreveradas las cuestiones metafísicas con las cuestiones lógicas y las observaciones crítico-gnoseológicas. Es el mismo Estagirita quien nos sumerge en la Gnoseología cuando en su Metafísica sostiene que una finalidad importante del metafísico es estudiar la actitud del hombre ante la verdad, insistir en la duda universal, depurar la verdad del conocimiento del ente y de los primeros principios, y rechazar las argucias de los sofistas. Esta línea es seguida por Suárez cuando incluye en la Metafísica dos tratados estrictamente gnoseológicos: sobre la verdad y la falsedad del conocimiento. [José Maria de Alejandro, "Gnoseologia"]