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HDV: ânandamaya-kosha

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

La primera envoltura (ânandamaya-kosha, donde la partícula mayâ significa "que está hecha de" o "que consiste en" lo que designa la palabra a la que está unida) no es otra cosa que el conjunto mismo de todas las posibilidades de manifestación que Âtmâ conlleva en sí mismo, en su "permanente actualidad", en el estado principial e indiferenciado. Se dice "hecha de Beatitud" (Ânanda), porque el "Sí mismo", en este estado primordial, goza de la plenitud de su propio ser, y ella no es nada verdaderamente distinto del "Sí mismo"; es superior a la existencia condicionada, que la presupone, y se sitúa en el grado del Ser puro: por eso es por lo que se la considera como característica de Îshwara [NA: Mientras que las demás designaciones (las de las cuatro envolturas siguientes) pueden considerarse como caracterizando a jîvâtmâ, la de ânandamaya no solo conviene a Îshwara, sino también, por transposición, a Paramâtmâ mismo o al Supremo Brahma, y por esto es por lo que se dice en la Taitiriya Upanishad  , 2º Vâlli, 5º Anuvâka, shruti 1: "diferente del que consiste en conocimiento distintivo (vijnânamaya) es el otro Sí mismo interior (anyo’ntara Âtmâ) que consiste en Beatitud (ânandamaya)". — Cf. Brahma-Sûtras  , 1er Adhayâya, 1er Pâda, sutras 12 a 19.]. Así pues, aquí estamos en el orden informal; es solo cuando se considera en relación a la manifestación formal, y en tanto que el principio de ésta se encuentra contenido en ella, como se puede decir que ésta es la forma principial o causal (Kârana-sharîra), eso por lo que la forma será manifestada y actualizada en los estados siguientes. 152 HDV IX

Como uno puede darse cuenta inmediatamente, el vehículo de Âtmâ en este estado es el kârana-shrîra, puesto que éste es ânandamaya-kosha; y, aunque se habla analógicamente de él como de un vehículo o de una envoltura, no es nada que sea verdaderamente distinto de Âtmâ mismo, puesto que aquí estamos más allá de la distinción. La Beatitud está hecha de todas las posibilidades de Âtmâ, es, se podría decir, la suma misma de estas posibilidades; y, si Âtmâ, en tanto que Prâjna, goza de esta Beatitud como de su dominio propio, es porque ella no es en realidad otra cosa que la plenitud de su ser, así como ya lo hemos indicado precedentemente. Es un estado esencialmente informal y supraindividual; así pues, no podría tratarse de ningún modo de un estado "psíquico" o "psicológico", como lo han creído algunos orientalistas. Lo que es propiamente "psíquico", en efecto, es el estado sutil; y, al hacer esta asimilación, tomamos la palabra "psíquico" en su sentido primitivo, el que tenía para los antiguos, sin preocuparnos de las diversas acepciones mucho más especializadas que se le han dado ulteriormente, y con las cuales ni siquiera podría aplicarse ya al estado sutil todo entero. En lo que respecta a la psicología de los occidentales modernos, no concierne más que a una parte muy restringida de la individualidad humana, esa donde la "mente" se encuentra en relación inmediata con la modalidad corporal, y, dados los métodos que emplea, es incapaz de ir más lejos; en todo caso, el objeto mismo que se propone, y que es exclusivamente el estudio de los fenómenos mentales, la limita estrictamente al dominio de la individualidad, de suerte que el estado del que se trata ahora escapa necesariamente a sus investigaciones, y se podría decir incluso que le es doblemente inaccesible, primero porque está más allá de la "mente" o del pensamiento discursivo y diferenciado, y después porque está igualmente más allá de todo "fenómeno" cualquiera que sea, es decir, de toda manifestación formal. 221 HDV XIV

El término Chit debe entenderse, no como se entendía precedentemente su derivado chitta, en el sentido restringido del pensamiento individual y formal (puesto que esta determinación restrictiva, que implica una modificación por reflexión, está marcada en el derivado por el sufijo kta, que es la terminación del participio pasivo), sino más bien en el sentido universal, como la Consciencia total del "Sí mismo" considerada en su relación con su único objeto, el cual es Ânanda o la Beatitud (El estado de sueño profundo ha sido calificado de "inconsciente" por algunos orientalistas, que parecen tentados incluso de identificarle con el "inconsciente" de algunos filósofos alemanes tales como Hartmann  ; este error viene sin duda de que no pueden concebir una consciencia que no sea la individual y "psicológica", pero por eso no nos parece menos inexplicable, ya que no vemos cómo, con una semejante interpretación, pueden comprender términos tales como Chitt, Prajnâna y Prâjna.). Este objeto, aunque constituye entonces de alguna manera la envoltura del "Sí mismo" (ânandamaya-kosha), así como lo hemos explicado más atrás, es idéntico al sujeto mismo, que es Sat o el Ser puro, y no es verdaderamente distinto de él, puesto que no puede serlo en efecto ahí donde ya no hay ninguna distinción real (Los términos de "sujeto" y de "objeto", en el sentido en que los empleamos aquí, no pueden prestarse a equívoco alguno: el sujeto es "el que conoce", el objeto "lo que es conocido", y su relación es el conocimiento mismo. No obstante, en la filosofía moderna, la significación de estos términos, y sobre todo la de sus derivados "subjetivo" y "objetivo", ha variado a tal punto que han recibido acepciones casi diametralmente opuestas, y algunos filósofos los han tomado indistintamente en sentidos muy diferentes; su empleo presenta así con frecuencia graves   inconvenientes bajo el punto de vista de la claridad, y, en muchos casos, es preferible abstenerse de ellos tanto como sea posible. ). Así estos tres, Sat, Chit y Ânanda (generalmente reunidos en Sachchidânanda) [NA: En árabe, se tiene, como equivalente de estos tres términos, la Inteligencia (El-Aqlu), el Inteligente (El-Aqil) y lo Inteligible (El-Maqûl): la primera es la Consciencia universal (Chit), el segundo es su sujeto (Sat), y el tercero es su objeto (Ânanda), y estos tres no son más que uno en el Ser "que Se conoce a Sí mismo por Sí mismo".], no son absolutamente más que un único y mismo ser, y este "uno" es Âtmâ, considerado fuera y más allá de todas las condiciones particulares que determinan cada uno de sus diversos estados de manifestación. 224 HDV XIV