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HDV: Spinoza

quinta-feira 1º de fevereiro de 2024

  

Nos es menester precisar todavía lo que es Prakriti, que es el primero de los veinticinco principios (tattwas) enumerados en el Sânkhya; pero hemos debido considerar a Purusha antes de Prakriti, porque es inadmisible que el principio plástico o substancial (en el sentido estrictamente etimológico de esta última palabra, que expresa el "substratum universal", es decir, el soporte de toda manifestación) (Para evitar todo error de interpretación posible, agregamos que el sentido en el que entendemos así la "substancia" no es en modo alguno aquel en el que Spinoza   ha empleado este mismo término, ya que, por un efecto de la confusión "panteísta", se sirve de él para designar al Ser Universal mismo, al menos en la medida en la que es capaz de concebirle; y, en realidad, el Ser Universal está más allá de la distinción de Purusha y Prakriti, que se unifican en él como en su principio común.) esté dotado de "espontaneidad", puesto que es puramente potencial y pasivo, apto para toda determinación, pero que no posee actualmente ninguna. Así pues, Prakriti no puede ser verdaderamente causa por sí misma (queremos hablar de la "causalidad eficiente"), fuera de la acción o más bien de la influencia del principio esencial, que es Purusha, y que es, se podría decir, el "determinante" de la manifestación; todas las cosas manifestadas son en efecto producidas por Prakriti, de la que son como modificaciones o determinaciones, pero, sin la presencia de Purusha, estas producciones estarían desprovistas de toda realidad. La opinión según la cual Prakriti se bastaría a sí misma como principio de la manifestación no podría sacarse más que de una concepción completamente errónea del Sânkhya, que proviene simplemente de que, en esta doctrina, lo que se llama "producción" se considera siempre exclusivamente por el lado "substancial", y quizás también de que Purusha no se enumera en ella sino como el vigesimoquinto tattwa, por lo demás enteramente independiente de los otros, que comprenden a Prakriti y a todas sus modificaciones; una opinión semejante, por lo demás, sería formalmente contraria a la enseñanza del Vêda. 84 HDV IV

Se observará que todo lo que concierne a este estado incondicionado de Âtmâ se expresa bajo una forma negativa; y es fácil comprender que ello sea así, ya que, en el lenguaje, toda afirmación directa es forzosamente una afirmación particular y determinada, la afirmación de algo que excluye otra cosa, y que limita así aquello de lo que se puede afirmar (Es por la misma razón que este estado se designa simplemente como el "Cuarto", porque no puede ser caracterizado de ninguna manera; pero esta explicación, no obstante evidente, ha escapado a los orientalistas, y podemos citar a este propósito un curioso ejemplo de su incomprehensión: M. Oltramare se ha imaginado que este nombre de "Cuarto" indicaba que no se trataba más que de una construcción "lógica", y eso porque le ha recordado "la cuarta dimensión de los matemáticos"; he aquí una aproximación al menos inesperada, y que sería sin duda difícil de justificar seriamente.). Toda determinación es una limitación, y por tanto una negación (Spinoza mismo lo ha reconocido expresamente: Onmis determinatio negatio est; pero apenas hay necesidad de decir que la aplicación que hace de ello recordaría más bien la indeterminación de Prakriti que la de Âtmâ en su estado incondicionado.); por consiguiente, es la negación de una determinación lo que es una verdadera afirmación, y los términos de apariencia negativa que encontramos aquí, son, en su sentido real, eminentemente afirmativos. Por lo demás, la palabra "infinito", cuya forma es semejante, expresa la negación de todo límite, de suerte que equivale a la afirmación total y absoluta, que comprende o envuelve todas las afirmaciones particulares, pero que no es ninguna de éstas a exclusión de las demás, precisamente porque las implica a todas igualmente y "no distintivamente"; y es así como la Posibilidad Universal comprende absolutamente todas las posibilidades. Todo lo que puede expresarse bajo la forma afirmativa está encerrado necesariamente en el dominio del Ser, puesto que él mismo es la primera afirmación o la primera determinación, aquella de la que proceden todas las demás, del mismo modo que la unidad es el primero de los números y que éstos se derivan todos de ella; pero aquí, estamos en la "no-dualidad", y ya no en la unidad, o, en otros términos, estamos más allá del Ser, por eso mismo de que estamos más allá de toda determinación, incluso principial (Aquí nos colocamos en el punto de vista puramente metafísico, pero debemos agregar que estas consideraciones pueden tener también una aplicación desde el punto de vista teológico; aunque éste último se mantiene ordinariamente en los límites del Ser, algunos reconocen que únicamente la "teología negativa" es rigurosa, es decir, que solo los atributos de forma negativa son los que convienen verdaderamente a Dios. — Ver San Dionisio el Areopaguita, Tratado de la Teología Mística, cuyos dos últimos capítulos se aproximan de una manera destacable, incluso en la expresión, al texto que acaba de ser citado. ). 237 HDV XV