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quinta-feira 25 de janeiro de 2024

  

Filosofia
Michel Henry  : Michel Henry Encarnação - ENCARNAÇÃO

[...] cuando la impresión considerada como perteneciente a la forma del flujo viene a este último, lo hace en una conciencia del ahora - conciencia intencional del ahora cuyo ser propiamente consiste, al dirigir esta impresión fuera de sí, en destruirla. Resulta inútil vincular esta conciencia del ahora a una retención que hace bascular toda realidad en el no ser del pasado: la conciencia del ahora ya se ha encargado de ello. Y esto porque la venida de la impresión al flujo de la conciencia no es, en efecto, sino lo siguiente: la introducción en ella del distanciamiento en virtud del cual, separada de sí, escindida en dos — como el niño que se disputaban las dos mujeres bajo la mirada del rey Salomón, que propuso en efecto cortarlo en dos y devolver la mitad a cada una de ellas —, privada de hecho, por tanto, de su goce interior que la diferencia por siempre de todas las cosas inertes, de todas aquéllas que nos están dadas en el aparecer del mundo.

La descripción husserliana — haciendo renacer del flujo en cada instante la realidad que éste anonada sin esfuerzo alguno — se esfuerza por conjurar el desmoronamiento ontológico de la impresión y, con ella, de toda realidad y de toda presencia efectiva. En el punto mismo donde se le acaba de dar muerte a la impresión, separada en el «fuera de sí» del Ek-stasis del tiempo, surge una nueva impresión, venida de otra parte pero enseguida anonadada. De ahí el carácter alucinante del flujo husserliano, ese brote continuo del ser sobre el abismo de una nada que se abre constantemente bajo él para engullirlo; el pretendido carácter continuo de ese flujo constantemente destruido, su realidad supuestamente homogénea partida en fragmentos, en pedazos de ser y de no ser que se intercambian en una discontinuidad apenas pensable. El último texto citado prosigue así: «La forma consiste en aquello en que un ahora se constituye por una impresión y a lo que se articulan un halo de retención - retenciones y un horizonte de protención - protenciones. Pero esta forma permanente [la forma del flujo] porta la conciencia de la mutación permanente que es un hecho originario: la conciencia de la mutación de la impresión en retención, mientras que de nuevo una impresión está ahí continuamente». El texto incoherente que pretendía imputar a la forma vacía del flujo el contenido del que de forma tan cruel carece — la impresión real que inmediatamente empuja a su tumba — sólo puede ofrecer a nuestra consideración la resurrección tan milagrosa como permanente de una impresión siempre nueva y que, siempre y en cada instante, viene a salvamos de la nada.

En efecto, ¿de dónde viene? ¿Cómo? ¿Cómo se haría cargo de nosotros, apretándonos contra sí para hacernos vivientes?