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homem primordial

quinta-feira 25 de janeiro de 2024

  

Perenialistas
René Guénon: Guenon Homem Verdadeiro - O HOMEM VERDADEIRO E O HOMEM TRANSCENDENTE

Ahora, importa recordar que el «hombre verdadero» es también el «hombre primordial», es decir, que su condición es la que era natural a la humanidad en sus orígenes, condición de la que se ha alejado poco a poco, en el curso de su ciclo terrestre, para llegar hasta el estado donde está actualmente lo que hemos llamado el hombre ordinario, y que no es propiamente más que el hombre caído. Esta decadencia espiritual que entraña al mismo tiempo un desequilibrio bajo la relación del yang y del yin, puede describirse como un alejamiento gradual del centro donde se situaba el «hombre primordial»; un ser es tanto menos yang y tanto más yin cuanto más alejado está del centro, ya que, en la misma medida precisamente, lo «exterior» predomina en él sobre lo «interior»; y es por eso por lo que, así como lo decíamos hace un momento, entonces no es apenas más que un «hijo de la Tierra», que se distingue cada vez menos «en acto», si no «en potencia», de los seres no humanos que pertenecen al mismo grado de existencia. A estos seres, al contrario, el «hombre primordial», en lugar de situarse simplemente entre ellos, los sintetizaba a todos en su humanidad plenamente realizada [1]; debido a su «interioridade - interioridad», que envolvía todo su estado de existencia como el Cielo envuelve a toda la manifestación (ya que es en realidad el centro el que contiene todo), los comprendía en cierto modo en sí mismo como posibilidades particulares inclusas en su propia naturaleza [2]; y es por eso por lo que el Hombre, como tercer término de la Grande Tríada - Gran Tríada, representa efectivamente el conjunto de todos los seres manifestados.


Observações

[1El término chino Jen puede traducirse igualmente, como ya lo hemos indicado, por el «Homem - Hombre» y por la «humanidade - Humanidad», entendiéndose ésta ante todo como la naturaleza humana, y no como la simple colectividad de los hombres; en el caso del «hombre verdadero», «Homem - Hombre» y «Humano - Humanidad» son plenamente equivalentes, puesto que ha realizado integralmente la naturaleza humana en todas sus posibilidades.

[2Es por eso por lo que, según el simbolismo del Génesis (Gen 2,19 - II, 19-20), Adam podía «nome - nombrar» verdaderamente a todos los seres de este mundo, es decir, definir, en el sentido más completo de esta palabra (que implica determinación y realización a la vez), la naturaleza propia de cada uno de ellos, que él conocía inmediata e interiormente como una dependencia de su naturaleza misma. - En eso como en todas las cosas, el Soberano, en la tradición extremo oriental, debe desempeñar un papel correspondiente al «hombre primordial»: «Un príncipe sabio da a las cosas los nombres que les convienen, y cada cosa debe ser tratada según la significación del nombre que él le da» (Liun-yu, cap. XIII).