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Spiritus Mundi

quinta-feira 25 de janeiro de 2024

  

Perenialistas
René Guénon: Guenon Cidade Divina - A CIDADE DIVINA

Esta última observación nos lleva a precisar que el simbolismo de la "Ciudad divina" admite una aplicación "macrocósmica" tanto como una "microcósmica", aunque en todo lo que precede hayamos considerado casi exclusivamente esta última; inclusive podría hablarse de diversas aplicaciones "macrocósmicas" a diversos niveles, según se trate de un mundo particular, es decir, de un determinado estado de existencia ( y a este caso se refiere propiamente el simbolismo de la "Jerusalén Celeste" antes recordado ) o del conjunto de la manifestación universal. En todos los casos, ya se considere el centro de un mundo, ya el centro de todos los mundos, hay en ese centro un Principio divino ( el Purusha residente en el Sol, o Spiritus Mundi de las tradiciones occidentales ) que desempeña, para todo lo manifestado en el dominio correspondiente, la misma función de "ordenador interno" que el Purusha residente en el corazón de cada ser para todo lo incluido en las posibilidades de éste. Entonces, basta transponer, sin otra modificación, para aplicarlo a la multitud de los seres manifestados, lo que en la aplicación "microcósmica" se dice de las diferentes facultades de un ser en particular; el simbolismo del sol como "Corazón del Mundo" [1] explica, por lo demás, por qué el sutratma que une a cada ser con el Purusha central está representado por el "rayo solar" llamado sushumna [2]. Las diversas representaciones del sutratma muestran también que la división aparente de Purusha, en el orden "macrocósmico" como en el "microcósmico", no debe concebirse como una fragmentación, que estaría en contradicción con su unidad esencial, sino como una "extensión" comparable a la de los rayos a partir del centro; y a la vez, como el sûtrâtrnâ está asimilado a un hilo ( sútra ) por su designación misma, ese simbolismo está también en relación estrecha con el del tejido [3].


Observações

[1Está claro que no se trata de "ese sol que ven todos los hombres", sino del sol espiritual, "que pocos conocen por el intelecto" ( Atharva-Veda, X, 8, 14 ) y que se representa como inmutablemente en el Zênite - cenit

[2Cf. Guenon Raio Solar - L’HOMME ET SON DEVENIR SELON LE VÊDÂNTA, cap. XX; ese "rayo solar" es también la misma cosa que la "cuerda de oro" de que habla Platón

[3Ver Guenon Tecedura - LE SYMBOLISME DE LA CROIX, cap. XIV: recordaremos más particularmente aquí el simbolismo de la araña en el centro de su tela, imagen del sol, cuyos rayos, que son emanaciones o "extensiones" de él mismo ( como la tela de la araña está formada de su propia sustancia ) constituye en cierto modo el "tejido" del mundo, al cual actualizan a medida que se extienden en todas las direcciones a partir de su fuente