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ascética

quinta-feira 25 de janeiro de 2024

  

Perenialistas
René Guénon: Guenon Ascese - ASCESE

Hay otra palabra derivada de «ascesis», la de «ascetismo», que se presta quizás más todavía a las confusiones, porque ha sido claramente desviada de su sentido primitivo, hasta tal punto que, en el lenguaje corriente, apenas ha llegado a ser más que un seudónimo de «austeridad». Ahora bien, es evidente que la mayor parte de los místicos se libran a austeridades, a veces incluso excesivas, aunque no sean por lo demás los únicos, ya que esto es un carácter bastante general de la «vida religiosa» tal como se concibe en occidente, en virtud de la idea muy extendida que atribuye al sufrimiento, y sobre todo al sufrimiento voluntario, un valor propio en sí mismo; es cierto también que, de una manera general, esta idea, que no tiene nada en común con el sentido original de la ascesis y que no es en modo alguno solidaria de ella, está todavía más particularmente acentuada en los místicos, pero, repitámoslo, está lejos de pertenecerles exclusivamente [1]. Por otro lado, y es esto sin duda lo que permite comprender que el ascetismo haya tomado comúnmente una tal significación, es natural que toda ascesis, o toda regla de vida que apunta a una meta espiritual, revista a los ojos de los «mundanos» una apariencia de austeridad, incluso si no implica de ninguna manera la idea de sufrimiento, y simplemente porque descarta o desdeña forzosamente las cosas que ellos mismos consideran como las más importantes, cuando no incluso como completamente esenciales para la vida humana, y cuya búsqueda llena toda su existencia.

Cuando se habla de ascetismo como se hace habitualmente, eso parece implicar también otra cosa: es que lo que no debería ser normalmente más que un simple medio que tiene un carácter preparatorio se toma muy frecuentemente por un verdadero fin; no creemos exagerar nada al decir que, para muchos espíritus religiosos, el ascetismo no tiende a la realización efectiva de estados espirituales, sino que tiene como único móvil la esperanza de una «salvación» que solo se alcanzará en la «otra vida». No queremos insistir más en ello, pero parece que, en semejante caso, la desviación ya no está solo en el sentido de la palabra, sino en la cosa misma que designa; desviación, decimos, no ciertamente porque haya algo más o menos ilegítimo en el deseo de la «salvación», sino porque una verdadera ascesis debe proponerse resultados más directos y más precisos. Tales resultados, cualquiera que sea por lo demás el grado hasta donde pueden llegar, son, en el orden exotérico y religioso mismo, la verdadera meta de la «ascética»; ¿pero cuántos son, en nuestros días al menos, aquellos que sospechan que esos resultados pueden alcanzarse también por una vía activa, y por tanto muy diferente que la vía pasiva de los místicos?


Observações

[1Ver breve 1364 - APERCEPCIONES SOBRE LA INICIACIÓN, págs. 177-178 de la edic. francesa.