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Jerusalém

quinta-feira 25 de janeiro de 2024

  
Mircea Eliade  

Una Jerusalén celestial fue creada por Dios antes que la ciudad de Jerusalén fuese construida por mano del hombre: a ella se refiere el profeta, en el libro de Baruch, II, 42, 2-7: “¿Crees tú que ésa es la ciudad de la cual yo dije: ‘Te he edificado en la palma de mis manos’? La construcción que actualmente se halla en medio de vosotros no es la que se reveló en Mí, la que estaba lista ya en el momento en que decidí crear el Paraíso y que mostré a Adán antes de su pecado...” La Jerusalén celeste enardeció la inspiración de todos los profetas hebreos: Tobías, xiii, 16: Isaías LIX, 11 y siguientes: Ezequiel, LX, etcétera. Para mostrarle la ciudad de Jerusalén, Dios transporta a Ezequiel en una visión extática, y lo lleva a una montaña muy elevada (LX, 6 y siguientes). Y los Oráculos Sibilinos conservan el recuerdo de la Nueva Jerusalén, en el centro de la cual resplandece “un templo con una torre gigante que toca las nubes y todos la ven”. Pero la más hermosa descripción de la Jerusalén celestial se halla en el Apocalipsis (xxi, 2 y siguientes): “Y yo, Juan, vi la ciudad santa, la Jerusalén nueva, que de parte de Dios descendía del cielo, y estaba aderezada como una novia ataviada para su esposo”.


Roberto Pla  

Quanto à terceira esfera do Ser, as imagens manifestadas da glória luminosa do Filho, ilustra poeticamente o profeta Isaías, em um texto no qual se dirige a Jerusalém, símbolo da cidade manifesta do mundo, mas que no fim será revelada como Jerusalém celestial, escondida até então. A primeira é todas as imagens manifestas, e a segunda é o monte Sião, a luz verdadeira do Pai e glória luminosa do Filho, que mora no coração do homem e cuja obra de ressurreição acabará o Dia de sua Vinda (VINDA DO FILHO DO HOMEM), para ocultar definitivamente do mundo, as imagens: “Também virão a ti, inclinando-se, os filhos dos que te oprimiram; e prostrar-se-ão junto às plantas dos teus pés todos os que te desprezaram; e chamar-te-ão a cidade do Senhor, a Sião do Santo de Israel” (Isa 60:14). [Evangelho de Tomé - Logion 83]


René Guénon

Por otra parte, para hacer comprender mejor cuál es el simbolismo de que se trata en esta última cita que hemos hecho según Aroux, he aquí la descripción de la Jerusalem celeste, tal como está figurada en el Capítulo de los Soberanos Príncipes Rosa-Cruz, de la Orden de Heredom de Kilwinning u Orden Real de Escocia, llamados también Caballeros del Aguila y del Pelícano: «En el fondo (de la última estancia) hay un cuadro donde se ve una montaña de donde brota un río, a la orilla del cual crece un árbol que lleva doce tipos de frutos. Sobre la cima de la montaña hay una peana compuesta de doce piedras preciosas en doce pasamentos. Encima de esta peana hay un cuadrado de oro, sobre cada una de cuyas caras hay tres ángeles con los nombres de cada una de las doce tribus de Israel. En este cuadrado hay una cruz, sobre el centro de la cual está tumbado un cordero» (Manuel maçonnique del F.: Vuilliaume, pp. 143-144. - Cf. Apocalípsis, XXI). Así pues, es el simbolismo apocalíptico el que rencontramos aquí, y lo que sigue mostrará hasta qué punto las concepciones cíclicas a las que se refiere están íntimamente ligadas al plan de la obra de Dante  . O ESOTERISMO DE DANTE


Si ahora nos remitimos a la descripción apocalíptica de la "Jerusalén celeste", es fácil ver que su plano reproduce exactamente el del campamento de los hebreos, del que acabamos de hablar; y, a la vez, ese plano es también idéntico a la figura horoscópica cuadrada que mencionábamos antes. La ciudad, que en efecto está construida en cuadrado, tiene doce puertas, sobre las cuales están escritos los nombres de las doce tribus de Israel; y esas puertas se reparten de la misma manera en los cuatro lados: "tres puertas a oriente, tres a septentrión, tres a mediodía y tres a occidente". Es evidente que las doce puertas corresponden igualmente a los doce signos del Zodiaco, y las cuatro puertas principales, o sea las situadas en el medio de los lados, a los signos solsticiales y equinocciales; y los doce aspectos del Sol referidos a cada uno de los signos, es decir, los doce Aditya de la tradición hindú, aparecen en la forma de los doce frutos del "Árbol de Vida", que, situado en el centro de la ciudad, "da su fruto cada mes", o sea precisamente según las posiciones sucesivas del Sol en el Zodiaco en el curso del ciclo anual. Por último, esta ciudad, que "desciende del cielo a la tierra", representa a las claras, en una de sus significaciones por lo menos, la proyección del "arquetipo" celeste en la constitución de la ciudad terrestre; y creemos que cuanto acabamos de exponer muestra suficientemente que dicho "arquetipo" está simbolizado esencialmente por el Zodiaco. [O ZODÍACO E OS PONTOS CARDEAIS]
Swedenborg  

E vi a santa cidade, a nova Jerusalém, que descia do céu da parte de Deus, adereçada como uma noiva ataviada para o seu noivo. Apocalipse de João

A Santa Cidade, a Nova Jerusalém, significa a Nova Igreja que deve ser instaurada pelo Senhor no fim da precedente, a qual será consociada ao novo céu nas Divinas Verdades, quanto à doutrina e quanto à vida. A Igreja é chamada «cidade» e é descrita como cidade por causa da doutrina e por causa da vida segundo essa doutrina, pois «cidade», no sentido espiritual, significa doutrina. Ela é chamada «santa» por causa do Senhor, Que é o Único Santo, e por causa das Divinas Verdades que, derivadas da Palavra, estão pelos Senhor na Igreja e que são chamadas santas. Ela é chamada «nova» porque Aquele que estava sentado sobre o trono disse «Eis que faço nova todas as coisas». Diz-se «descendo de Deus pelo céu» porque ela desce do Senhor por meio do Novo Céu Cristão, pois a Igreja na terra é formada pelo Senhor por intermédio do Céu, para que atuem como um e sejam associados. [APOCALIPSE REVELADO]