Coomaraswamy Civilização - O QUE É CIVILIZAÇÃO?
INDUSTRIALISMO
El dr. Schweitzer mismo escribe que «es muy difícil llevar a su plenitud una colonización que signifique al mismo Tempo - tiempo una verdadera civilización... La edad de la máquina ha traído a la humanidad unas condiciones de existencia que hacen difícil la posesión de una civilización... [1] La agricultura y la artesanía son el fundamento de la civilización... Siempre que el comercio de la madera es bueno, una hambruna permanente reina en la región de Ogowe... [2] Ellos viven de arroz importado y de alimentos en conserva importados que compran con los ingresos de su trabajo... haciendo imposible con ello la industria hogareña... Como están las cosas, el comercio mundial que les ha alcanzado es un hecho contra el que nosotros y ellos somos impotentes» [3].
Yo no estoy de acuerdo con este cuadro de un deus , o más bien de un diabolus, ex machina, emparejado así con una confesión de impotencia [4]. Ciertamente, si nuestro industrialismo y nuestra praktike - práctica del comercio son la marca de nuestra civilización, ¿cómo, entonces, osamos proponernos ayudar a otros a «alcanzar una condición de bienestar»? El «peso» (de nuestra «incivilización») lo hemos hecho nosotros y pesa sobre nuestros propios hombros primero. ¿Acaso vamos a decir que debido a la «determinación económica» somos impotentes para sacudírnoslo de encima y ponernos derechos? Eso sería aceptar la condición de «epígonos» de una vez por todas, y admitir que nuestra influencia sólo puede rebajar a los demás a nuestro nivel [5].
Como hemos visto, en una verdadera civilización, ofício - laborare est oração - orare. Pero el industrialismo - «el mammon de la injusticia» (griego adikia ) - y la civilización son incompatibles. A menudo se ha dicho que uno puede ser un buen cristiano incluso en una factoría; no es menos cierto que uno podría ser un cristiano aún mejor en la arena del circo. Pero ninguno de estos hechos significa que las factorías o las arenas sean instituciones cristianas o deseables. A nosotros no nos incumbe considerar si puede ganarse o no alguna vez una agon - batalla de la religión contra el industrialismo y el comercio mundial; nuestra incumbencia es la tarea, no su recompensa ; nuestra incumbencia es cerciorarnos de que en cualquier conflicto nosotros estamos del lado de la Justicia [6]. Incluso como están las cosas, el dr. Schweitzer encuentra su mejor excusa para el gobierno colonial en el hecho de que en alguna medida (por pequeña que sea) tales gobiernos protegen a sus pueblos colonizados «del mercader». ¿Por qué no nos protegen a nosotros mismos (los «conejillos de indias» de un libro bien conocido) del mercader? ¿No sería mejor que, en lugar de pensar en las consecuencias inevitables del «comercio mundial», consideráramos su causa , y emprendiéramos la re-forma (wideraufbauen es una palabra de Schweitzer) de nuestra propia «civilización»? ¿O acaso los incivilizados van a pretender siempre sus «misiones civilizadoras?