Capítulo IV - EN EL ISLAM
«A Tu mirada, la vida está surgiendo y pereciendo
instantáneamente ( har sa‘at ), - ¿cómo, entonces, podría implorarte
a ti alguien por amor de la vida propia de uno?»
Diwan Shamsi Tabriz, Oda 18
D. B. Macdonald ha tratado una parte de nuestro tema con alguna extensión en Isis 30 ( Junio 1927 ), en un artículo titulado «Continuous re-creation and atomic time in Muslim scholastic theology». Comienza con la exposición de Maimónides sobre el «atomismo» Muslim; acordemente al cual, dice, el mundo está hecho de átomos que «no tienen cantidad, pero de los cuales pueden hacerse compuestos que poseen cantidad» y que «existen en un vacío; es decir, que hay una separación entre ellos en la que no existe absolutamente nada, ni cuerpo ni átomo... el tiempo está hecho de ahoras ( ‘anat ).... Esto significa que el tiempo está hecho de muchísimos "tiempos" que ya no pueden subdividirse más... Los accidentes son inseparables de los átomos... el accidente no dura dos átomos de tiempo. Esto significa que cuando Allah crea un átomo material, crea en él cualesquiera accidentes que él quiere... Cuando se crea un accidente pasa al instante ; entonces Allah crea otro accidente del mismo tipo... Él es absolutamente el único agente ( asli kar ) en la existencia ... ( pero ) crea en la mente del presunto autor un "aceptar como suyos propios" sus supuestos actos... Sólo Allah... mantiene junta toda la corriente de la existencia del mundo... Allah es la única Realidad... Nosotros debemos eliminar la concepción de la causalidad del universo , excepto en lo que concierne a la operación inmediata, momento a momento, de Allah». Finalmente ( p. 337 ) encuentra en la exposición de Maimónides que «el movimiento aparece a nuestros sentidos como continuo, pero nosotros sabemos por la razón que consiste en una serie de saltos y de reposos. En el cinematógrafo, las imágenes de la re-creación del tiempo, en cada momento sucesivo, producen una impresión continua en nuestros ojos; pero ello es una ilusión, y la razón, al demostrar que el tiempo debe ser en átomos, nos convence de eso».
En otra parte, Macdonald ha observado de los atomistas muslimes que «estos átomos de espacio o de tiempo, en ambos casos sin extensión, son precisamente los mismos que los de Aristóteles ». Pero esto, ciertamente, no sería verdadero de los átomos muslimes como los describe Maimónides; y mientras que el atomos nun de Aristóteles es el mismo que el andar waqt Islámico y que el nunc stans de Boecio , es igualmente cierto que Aristóteles no era un atomista en el sentido material. Macdonald no parece darse cuenta en absoluto de que su propia analogía cinematográfica es inválida, en primer lugar, porque las sucesivas «imágenes» no son «sin extensión», y, en segundo lugar, porque es precisamente la «razón» - en este caso, efectivamente, el «razonamiento» de Aristóteles - lo que hace perfectamente claro que el tiempo y el espacio son continuos, y que la moción es cualquier cosa menos una «serie de saltos y de reposos». ¡Macdonald mismo no parece darse cuenta de que nada que tenga extensión puede estar «hecho de» partes que no la tienen!.
Macdonald señala que la palabra árabe jauhar, persa gauhar, originalmente una «gema» de cualquier tipo, «desarrolló muchos significados secundarios. En filosofía ha devenido la palabra más extendida para "substancia", ousia - ens, essentia; pero para los filósofos atomistas significa "átomo" en el sentido exacto, a saber, "una parte que ya no puede partirse más". A veces ellos agregan la palabra "separado" ( fard )... Finalmente, de la misma manera que nuestra palabra "substancia", jauhar llegó a usarse para una porción de materia, para un cuerpo físico». Más tarde cita a Ibn Hazm ( d. 1064, un siglo y medio antes de Maimónides ), quien rechazaban la doctrinas ash‘aritas y con ellas la de los «átomos separados» ( al-jauhar al-fard ); y observa que el jauhar de Ibn Hazm es la «substancia» Aristotélica, como, ciertamente, así parece ser. Para Ibn Hazm, «Allah está dando existencia perpetuamente a cada entidad, mientras ella es una entidad, en cada momento ( waqt ) del tiempo». Macdonald observa, además, que Al-Ghazali, cuya influencia «triunfó», «parece haber rechazado enteramente el esquema atómico y haberse adherido a la corriente Aristotélico-Platónica».
Lo que precede está tomado del resumen de Macdonald en Isis; el original completo puede y debe consultarse fácilmente en la Guide for the Perplexed de Maimónides, traducido por M. Friedlander, 2a ed., 1928 pp. 120-124 ( es decir, Parte 1, cap. LXXIII ). Maimónides no describe en modo alguno una doctrina en la que cree, sino la de los mutakallimum muslimes, seguidores de «La Palabra» ( al-qalam ), a quien se podría llamar fundamentalistas; él nunca se refiere a los shufis. Habiendo observado que los mutakallimum creían en átomos indivisibles, no sólo de materia, sino también de tiempo y de espacio, separados entre sí por un vacío, observa muy acertadamente que «los mutakallimum no comprendían en absoluto la naturaleza del tiempo» ( Tercera Proposición ).
En otra parte Macdonald observa que el «‘Ilm al-Kalam ( la Ciencia de la Palabra ) vino a significar no simplemente teología, sino teología escolástica de un tipo atomista, que se remonta extrañísimante hasta Demócrito y Epicuro ; y un mutakallim vino a significar un teólogo, al comienzo mu‘tazilita y después ortodoxo, detrás de cuya ortodoxia estaba el sistema atomista que fue la contribución más original del islam ( ! ) a la filosofía». Los mutakallimum, dice, se llamaban a sí mismos ash‘aritas. Así pues, entendemos que Maimónides, en quien se apoya Macdonald, y aunque vivió un siglo después de al-Hujwiri, no nos está diciendo realmente nada sobre las doctrinas shufis del Tiempo y el tiempo, cuyas afinidades son con Aristóteles y los neoplatónicos; y que, cualesquiera que sean las confusiones aparentes en la exposición de Maimónides, son de poca significación para nosotros, pues nuestro interés no está en el atomismo como una hipótesis física, sino sólo en la relación entre el tiempo extenso y el espacio atravesable y el Tiempo y el Espacio que son indivisibles e inextensos. Ciertamente, me pregunto si Macdonald mismo comprendía los problemas implicados: pues dice, «la división del tiempo en átomos, que ya no podían dividirse más... se remonta a la paradoja de Zenón sobre Aquiles y la tortuga; fue una solución de aquella paradoja, e hizo posible el movimiento», - ¡cuando es precisamente la teoría del tiempo discontinuo la que hace que el movimiento sea imposible!.
En la Encyclopedia of Islam, s.v. Allah, 1, p. 307, Macdonald cita de su propio Development of Muslim Theology, ya citado: dice de los ash‘aritas que «cuando rechazaron el punto de vista aristotélico sobre la materia como la posibilidad de recibir forma, su camino, por necesidad, les llevó derechos a los atomistas... Sus átomos no eran sólo de espacio, sino también de tiempo. La base de todas las manifestaciones del mundo... es una multitud de mónadas. Cada una tiene una extensión que no está en el espacio ni en el tiempo. Tienen simplemente posición, no volumen, y no se tocan entre sí. Entre ellas hay vacío absoluto . Los átomos de tiempo, si puede permitirse la expresión, son igualmente inextensos, y tienen así mismo un vacío absoluto - de tiempo - entre ellos... el tiempo está sólo en una sucesión de momentos que no se tocan, y salta a través del vacío de uno a otro como con el salto de la manilla de un reloj». Además, «ningún ( átomo ) es la causa de los otros» y esto «aniquila la maquinaria del universo», es decir, ignora la operación de las causas mediatas. De lo que se ha dicho arriba, se verá cuan in-griego es todo esto, y cuan irracional también; si esto fuera la «contribución más original del islam a la filosofía», ciertamente no sería nada de lo que habría que estar orgulloso.
Y al final de su tratamiento del tema en Isis, Macdonald procede a examinar «la cuestión extremadamente difícil del origen de este esquema atómico en el islam. Dice que «se remonta en sus comienzos a la herejía muslim». Por heréticos entiende a «todos los que aplicaban la dialéctica a las cuestiones de la Fe». Pero, pregunta, «¿cómo llegó a combinarse el sistema de los átomos materiales con un sistema de átomos de tiempo y a convertirse en una teoría completa del origen del universo?». Es incapaz de encontrar «ningún rastro de nada de este tipo en el pensamiento griego» y no puede creer «que los pensadores muslimes lo originaran», aunque «fueran, ciertamente, los herederos inmediatos de la civilización griega, en lo que concernía a la ciencia y a la filosofía». Observa que la «civilización científica muslim no puede explicarse enteramente como un producto de la influencia griega» y que «actualmente hay una tendencia entre los estudiosos del islam a mirar hacia la India en pos de una solución de algunos de nuestros restantes problemas». Por consiguiente, Macdonald se vuelve hacia la India, y sugiere que el atomismo muslim se deriva de fuentes budistas.